Cambiando de gafas
Decepción
Emociones,  Reflexiones

Cuando alguien te falla

¿Quién no ha pasado por un momento de decepción? Con la pareja, un amigo, un familiar o un compañero de trabajo. Todos nos hemos visto en algún momento defraudados porque esperábamos de alguien actuase de un modo determinado y no fue así.

Por supuesto que es lícito el sentimiento que nos aflora. Pueden surgir emociones como la desconfianza, la tristeza o la ira. Pero debe aparecer también la reflexión de por qué nos sentimos decepcionados. Porque recordemos, somos nosotros los que nos sentimos decepcionados por algo que han hecho o dejado de hacer otros. Somos nosotros los que en base a nuestros pensamientos, nos sentimos así. No son los demás los que "nos" decepcionan.

En ocasiones estará totalmente justificada nuestra decepción, porque es algo que estaba consensuado, porque se había decidido, quizás porque había un compromiso. Y la otra persona podrá incluso reconocer que lo que ha hecho es faltar a su palabra, faltar a un compromiso.

Pero en muchas ocasiones la otra persona no habrá adquirido el compromiso de eso que nosotros esperamos, y entonces lo que nos encontramos es el incumplimiento de una expectativa, una idea que nosotros habíamos creado en nuestro pensamiento, sin llegar tal vez ni a verbalizarlo. Es solo la ilusión de que algo ocurra de una manera determinada. La esperanza de que hagan o dejen de hacer algo. Un deseo creado en nuestra mente.

¿Ha sido el otro el que nos ha fallado? ¿O ni siquiera tiene constancia de que nosotros esperábamos eso de él o de ella?

"Existe una teoría infalible sobre los amigos y es que hay que saber bien qué se puede esperar de cada uno"

Carmen Posadas. Escritora.

Hace muchos años escuché en televisión una entrevista a Carmen Posadas. Ella había pasado por momentos difíciles los años previos a esa entrevista y le preguntaban si sus amigos habían estado acompañándola en esos momentos o si por el contrario la habían abandonado, si se sentía decepcionada. Ella dio una respuesta que me quedó grabada en su momento y que con el tiempo he visto. que ya se ha acuñado como "frase célebre sobre la amistad":

"Existe una teoría infalible sobre los amigos y es que hay que saber bien qué se puede esperar de cada uno"

Y yo he ampliado esta manera de pensar más allá de la amistad, la he llevado a todos los tipos de relaciones que tengo. La aplico a nivel familiar y laboral también. Porque a menudo esperamos de los demás algo que no pueden darnos o que no están dispuestos a darnos, pero no se lo pedimos, no lo hablamos, y es entonces cuando puede llegar la decepción.

Esperamos que esa pareja con la que acabamos de empezar sea muy romántica (o que no lo sea) sin preguntarle si está dispuesta a serlo, y nos decepcionamos cuando no tiene los detalles que nos gustaría recibir. Esperamos que llegado el momento quiera tener hijos (o no tenerlos) y nos decepciona cuando opina de manera diferente a la esperada.

Esperamos de una persona de nuestro equipo sienta la ambición que nosotros sentimos y que trabaje más horas de las que están en el contrato y si no lo hace nos sentimos decepcionados y llegamos a pensar que no es una persona válida para el equipo.

Saber qué podemos esperar de cada una de las personas con las que nos relacionamos es una manera muy sencilla de no llevarnos decepciones. ¿Conoces bien a tus amigos? ¿Sabes cuál de ellos estaría dispuesto a prestarte dinero? ¿Cuál se iría a tu casa si le llamas a las 3 de la madrugada porque te sientes mal? Hay cosas que son importantes para tí y no lo son para mí, y viceversa. Hay momentos en los que mis prioridades pueden ser diferentes a las tuyas. Si entendemos eso, tomaremos conciencia de que cada uno de nosotros tenemos nuestra manera de entender las cosas y nos comportaremos según consideremos en cada momento. Y eso no está mal. No estar de acuerdo no significa que uno u otro sea mala persona. Significa solo eso, que cada uno tenemos nuestra manera de pensar y nuestras prioridades en cada momento.

Sólo una puntualización para terminar. No pretendo con las ideas recogidas en este post sugerir que debemos aceptar cualquier comportamiento de los demás, mucho menos en aquellos casos que sentimos que nos perjudican. Trato de lanzar una invitación a la reflexión, a entender qué hay detrás de las decepciones que nos están provocando sufrimiento, y cómo podemos evitarlas.

Tenemos que dedicar tiempo a pensar qué esperamos de los demás, de cada persona con la que nos relacionamos. Podemos hacer peticiones, podemos negociar, debemos conversar mucho para conocernos mejor!!..., y en algunos casos quizá debamos romper la relación si no es sana para nosotros.

La próxima vez que sientas que alguien te ha fallado, pregúntate qué hay detrás de esa decepción. Y si alguien alguna vez te acusa de haberle fallado, entiende que quizás también hay una expectativa. Seguro que una buena conversación puede ayudar a aclarar lo ocurrido.

(Foto de cabecera by nrd on Unsplash)

2 Comentarios

  • María Victoria

    Hola Regina, encantada con tus comentarios.
    Respecto a la decepción del ser humano,
    Yo lo estoy sintiendo en estos momentos de mi vida, por los que estoy pasando, pérdida de mis seres queridos, es en estos momentos es donde te encuentras con el verdadero yo, y por eso analizamos el tú.

    Pero mi pregunta es la siguiente,
    Pienso que las personas que se han ido apartando no es necesario pedirles respuesta, porque el tiempo te lo ha demostrado, creo que cada persona tendrá sus razones, y estoy segura que esas razones son incompatibles a veces, por lo cual crees que es necesario forzar situaciones, donde todos somos ya muy mayores?
    Al final quien verdaderamente te quiere siempre está ahí.
    Tú que opinas?
    Muchas gracias por todo.

  • Regina Estévez

    Hola María Victoria!!

    Lo primero, gracias por leer y comentar el artículo. Yo creo que no está de mal mantener una conversación, no tanto para pedir explicaciones, sino para explicar cómo nos sentimos. Por supuesto si nos interesa mantener a esa persona cerca. Explicarle qué ha hecho, o cómo hemos percibido lo que ha hecho y cómo nos ha hecho sentir. Dar la oportunidad de que se disculpen, insisto, si queremos mantener cerca a esa persona. Con eso a veces se puede recuperar una amistad. A saber si la otra persona tiene en su mente algo que recriminarnos que nosotros no sabemos...

    Cada uno tenemos nuestra vida interior, nuestros miedos y nuestras preocupaciones y los demás nunca saben lo que pasa por nuestra mente. Del mismo modo no sabemos qué pasa por la mente de los demás.

    Así que en resumen, si dejamos de lado el orgullo y pesa más nuestro amor por esa persona, yo recomiendo dar el paso de acercarnos. Si no nos interesa tanto, mejor perdonar y dejarlo atrás, centrándonos en nosotros mismos y en las personas que creemos que merecen la pena.

    Un beso!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *